Hoy no salió el sol. Se ve que no quiere romper el hechizo.
Salgo al balcón con mi vaso de vino. No hay nadie en la calle. Pegada con cinta a las maderas del balcón, la balconera late rítmicamente. En la bandera del vecino, el sol hace lo posible por esconderse entre las franjas azules.
Las ventanas de las casas están cerradas, los televisores apagados. Las radios pasan música. Algunas personas cruzan despacio la calle, fingiendo ir al almacén o a la panadería.
Todos hacen el esfuerzo, pero se nota que están disimulando.
Termino mi vaso y vuelvo a entrar. Son las cuatro de la tarde. Faltan pocas horas para mañana.
Por ahora, todavía es hoy.
(Sábado 30 de octubre de 2004)
martes, octubre 18, 2005
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1 comentario:
buenísimo Ale, como siempre...
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